Todo empezó por algo que no sé si es un comienzo,
una consecuencia no deseada,
un instante que el tiempo pudo olvidar con mucha facilidad.
Pero no. Mi mente que fue adoctrinada a completar,
necesita de un principio antes de ponerse a funcionar.
Me quedo en mi silencio, es lo único que puedo sostener,
ni verdades como hubiera querido,
ni mentiras en el caso de que no me queden otras opciones.
Ahora el día pasa en paralelo,
no me pasa, porque me siento extraño,
perdido en mi limbo, enmudecido en mi no-verbo.
Deshilacho mil ideas y las observo una por una,
con una paciencia que me parece ajena.
De lo complejo a lo simple, así mi mundo comienza a girar,
uno a uno sus engranajes y mecanismos que hacen a mi tiempo andar,
que todo siga estando o mutando,
desaparezca o se cree más realidad.
Me cansé de tu injusticia en tu capricho fundamentada
y mi ilusión que se hace nula
se desgrana al poco tiempo
y ya de ella no queda más nada.
Más que estas palabras, que no sé si son palabras
que esta rato que no sé si es tiempo
más que este impulso incoherente de escribir
por inercia, por vacío, por la lucha interna
de seguir sin saber si se esta siguiendo
de creer casi sin querer que en esta sala de espejos
puedo ocultarme en mi mí mismo y fingir que nada esta sucediendo.
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